Así que...
Defunción de funciones,

Y ya tenemos tres millones
de funcionarios sin funciones,
que no curran ni a empujones.
Ni a su encargado encargándose
de machacarles los riñones
por sus vitalicias retribuciones
(¡¡SERÁN CABRONES!!).
Y ahí están, rascándose
la panza y los cojones.
Y con no pocas vacilaciones,
desperezando ensoñaciones,
terminan la jornada acordándose:
“¡Bien! ¡Mañana vacaciones!”
Y podría seguir... pero me ha entrado pereza en verso a montones...
(a riesgo de fomentar la enemistad con el 20% de la población española directa y del 50% indirecta, como poco...)