miércoles, 30 de diciembre de 2009

Me perdonarán las ofensas,

Las vidas
Ajenas
Siguen activas
Y dispuestas
Y egoístas.

Pero jode verlas
Tan zorras,
Tan putas,
Tan sanas
Y tan vivas.

Y yo mientras
Con mis -cojas- patas
Esquivando veredas,
Saciando palabras
Y quemando poemas
.

sábado, 26 de diciembre de 2009

Poema Del Puerto (José Ángel Buesa),

Poema escrito por Don José Ángel Buesa. Uno de los poetas más olvidados de España (si tuviera un día extremadamente extremista diría que es el más olvidado), ya que siempre la tuvo en su conciencia y su mirada.
Su vida nos enseñó que jamás puede uno desesperar si la espera es con un libro en las manos y una poesía en el alma.


Aquí, desde este muro,
mirando el mar abierto,
siento de pronto el descontento oscuro
de un buque abandonado que envejece en el puerto.

Aquí el ancla se aferra,
pero el velamen pugna por volar;
aquí comienza el mar para el que está en tierra,
pero aquí el mar termina, para el que está en el mar.

Y por eso quizás amo este muro
sobre el que salta a veces el oleaje;
este muro que mira hacia el futuro
con la esperanza de emprender un viaje...

Amo este puerto claro,
y este Morro que puja su montaña,
y el giratorio resplandor del faro,
única luz que supo dar España...

Y amo el manso canal de entrada angosta,
que hasta sus arrecifes se conmueve,
cuando, a todo lo largo de la costa,
retiembla el cañonazo de las nueve.

Amo este puerto de hálitos salobres,
con un gran muro que parece chico
para el coloquio de los novios pobres
y para los bostezos del matrimonio rico.

Amo este puerto femenino y macho,
con su agua honda y su emoción sencilla,
igual que la mirada de un muchacho
que remienda sus redes en la orilla;

o como la sonrisa del marino
de idioma gutural y vacilante pierna,
que nadie ha de saber de dónde vino,
pero que siempre va hacia la taberna;

como esos buques de actitud mendiga,
mugriento casco y remendadas lonas,
tan llenos de humildad y de fatiga,
que, sin saber por qué, nos parecen personas.

Amo este puerto, donde tantas veces
el ciclón antillano frenaba sus embates,
entre el súbito brillo de los peces
y la esbelta blancura de los yates.

Y amo los botes lentos,
de remo largo y corta travesía,
con las maderas llenas de lamentos,
donde viajan de noche los amores de un día...

Amo este puerto, donde las gaviotas
hacen su nido en las arboladuras,
respirando fragancias de las islas remotas
donde no llegarían sus alas inseguras.

Y amo este puerto, abierto
derechamente al mar, igual que un río,
que en su dormida paz está despierto
y en su cálido amparo siente frío,
porque mi corazón también es como un puerto
que poco a poco se quedó vacío...

viernes, 25 de diciembre de 2009

¡Nos vamos de mani!

Después de asistir a una manifestación a favor de un mayor respaldo social a los problemas, no fue difícil ver la nota festiva que acompañan, ahora, a las manifestaciones.
Parece que se asiste a ellas para pasar el rato y estar con amigos y dar un poquillo la nota y salir en televisiones. Olvidando muchos porques, tirando de incoherencias y siendo muy poco consecuentes con lo que se pide.

Así que dedicado a "Los Manifiesteros":
(otro día cae Manifestaciones de la iglesia, peperos y otros mentenblanco).


Ya no creo en gritar, sin que se inmuten
Ni agachar la cabeza ante la pobreza.
Ya no dibujo una pancarta portada sin entereza
Ni acepto un sólo valor, que ellos imponen.

Amo los ideales sociales y soy Republicano
Y con ellos en mano y mente ayudaré.
Me niego a no aceptar en lo cotidiano
Lo que luego con cuatro gritos proclamaré.

El obrero, el inmigrante, la tierra, el desahuciado,
El jornalero, la madre, el mar y el olvidado.
Nos necesitan mucho más que un día al año,
Porque siete lunes por semana hacen demasiado daño.

Aunque me animaría si el futuro es ataúd,
Y al Borbón ayudaría a colgarlo de un ciprés.
A la mayoría sólo puedo decirles: que tengáis Salud,
Con la birra y el porro de después.

A los veinte de Berlín,


El primero, descuidado y ya resignado, llegó sin esperarlo.
En el segundo continuó el paso desesperado hacia El Cambio,
En el tercero en El Golfo sembraron de angustia el futuro y la esperanza,
En el cuarto, con ecos de Gorby, la vieja Europa volvía a respirar.

En el quinto, USA (y su Comercio Libre) condenaba al planeta con asfixiarlo.
En el sexto, Ruanda amaneció con un fusil: la guerra jamás será alivio.
El séptimo, Rabin, ex hombre de ex guerra, topa con el muro de la venganza,
El octavo, ¿Erradicación de la pobreza? Año I: la ofensa más vulgar.

En el noveno, El Che (¿el de la revolución?) al fin descansa en tu Santa Clara,
En el décimo, ni el Huracán Mitch (consternación) despierta la equidad.
En el undécimo, llegó el Euro. Les damos la otra mejilla, ¿o mejor la otra cara?

En el duodécimo, Las Dos Coreas empiezan el camino a la cordialidad.
El decimotercero, ¡Bush!, Al que mató a Kennedy: ¿no hay otra bala en la recámara?
En el decimocuarto con el Prestige. Planeta dixit: ¡ya no os queda ni piedad!

En el decimoquinto, ¡NO a la guerra! NO al horror, NO a la vergüenza, NO a la miseria.
En el decimosexto creció Europa, pero si hay hambre, nadie bailará al son de los demás.
En el decimoséptimo nadamos en abundancia y ni los rescatamos de la penuria.

En el decimoctavo sólo quedan espejismos de tanto deseo, y aún arrastramos las cadenas,
En el decimonoveno la economía y su poder tiemblan, y ojalá no quede sólo en palabrería,
Y veinte años después, pregunto: ¿No podríamos aprovechar para derribar otro muro más?



Camino al recuerdo,

No voy a dejar de buscar azules
En tachados vastos días laborables
Y, a la vez, hallar noventa y un soles
En largos inviernos execrables.

Me pretendes como vulgar actor sin prisa
Ensayando, en tu espera, una basta sonrisa
Y no recuerdas que disparo mis premisas
Y hago diana en todas sus necias misas.

Dos falsos propósitos derivan una decisión verdadera
Pero la idea resulta como desahucio en mi cama
A la espera, de nuevo, de tu dédalo de ternura.

Y eso que la oportunidad dista de ser traicionera
Porque la busqué en la profundidad de tu llama
Y la ate a mí, con fuerza, acariciando tu comisura.

A demasiadas,


Cantas bulerías y de la mano vas con putitas,
Que van y vienen con dos trapos por medalla,
Con miguitas de sueños rotos y metralla.
Palpitando, y agotadas de alzar sus copas tácitas.

Stand by es su lema, inyectando su anestesia
En nariz y boca, dos o tres días por semana.
Juegan al escondite, buscándolo por la ventana,
Y al final de plaza en plaza van, ansiando clemencia.

De Pasado encinta, después del “que cabeza loca”
Al azar del me lo tiro porque me toca,
Olvidando el futuro, al ser demasiado arriesgado.

Lacónica promesa, feliz acuerdo: apurado.
Cuerdo cabrón, harmónico vaivén: despreciado.
¿Derrotero? ¿Porvenir? ¿Mañana?: amargado.

A Rocío,

Muchas estaciones para nuevas esperanzas,
Pocas soluciones para tanta vida ignorada.
Tus buenas intenciones son las únicas armas,
Que defenderán a la humanidad sin coartada.

Sin el vicio de pedir y con la virtud de dar.
Nunca te propusiste ni deseas vencer,
Ni al capital, ni a la sinrazón, ni al Popular.
Nuestra verdadera gloria está en convencer.

Con voluntad y sin pretensiones lo harás
Y, día a día, año a año, les demostrarás
Que no todos los que curan pueden hacer el mal.

Riega su vida, nutre su futuro, resarce sus temores.
Las almas del mundo, faltas de milagros y favores,
Celebran y agradecen tu bendito retiro estival.

¿Un paso más?

Mañana ni podrás mirarme a la cara,
Y pronto ni te acordarás de mi cruz,
Despertarás, desnuda, sin caricias en la mirada,
Y te costará, incluso, prender la luz.

Reconozco que dejé que hablara el presente,
Y obvié el pasado abrazando al futuro.
Mi vida, no me culpes, no logro tachar de mi mente,
Que toda piedrecita en el camino es un muro.

Ni mi vida será trinchera,
Ni tu destino puerto de mar.
No podía dejar que soportaras la espera
No puedo imaginar el día que te deje de amar.

¿Cómo hago para no ver la vida en cuenta atrás?
¿Cómo alcanzar la meta, cómo hacer que cada día
Sea
Un paso

Más?